AKENATON Y SU DOCTRINA DEL DIOS ÚNICO
Akenatón
(espíritu viviente del dios atónico), fue el décimo octavo faraón de Egipto entre los años 1353 a 1334
a.C. La figura de Akenaton era muy diferente ya que la forma de su cabeza era
alargada, sus caderas tenían similitud a las de una mujer; al igual que su
esposa Nefertiti y su hijo Tutankamon que tenían la cabeza alargada.
Su
propósito era cambiar la doctrina del
pueblo Egipto, y proporcionar la adoración a un solo dios Atón (dios del sol)
estableciendo como la deidad suprema y única, el cual lo representaba con una
figura del sol exaltando líneas en dirección a la mano de Akenatón, y ordenó el cierre de todos los
templos, sus propiedades fueron confiscadas y sus símbolos fueron destruidos
(especialmente los dedicados a Amón-Ra y que los sacerdotes habían obtenido
riquezas y poder) en donde se rendían deidades a otros dioses; pero su
petición fue rechazada.
Entonces el dios amo (dios de la oscuridad),
amenazo con eclipsar a todo Egipto y someterlo a la oscuridad, ya que Akenatón
le declaro la guerra a los dioses. Pues ellos eran multimillonarios y podían
controlar a toda la gente, entonces Akenaton dijo: “no los necesitamos, Dios
está dentro de ustedes, y ustedes pueden llegar a él a través de ustedes
mismos”.
Pero
la apertura de este legado brindo un nuevo comienzo para las nuevas
civilizaciones, pues se creó el monoteísta, que para los egipcios aplicaba
dejar de adorar al propio faraón y los demás dioses del panteón egipcio ya que
nada era más superior que el dios Atón.
Sin
embargo estos nuevos legados de Akenatón atrajo una serie de consecuencias como
una crisis económica, la pérdida de organización de sus actividades, pero en el
arte las consecuencias fueron positivas ya que permitió una época de mayor
libertad creativa, (periodo Amarna) y que caracterizo un cierto realismo.
Según
los investigadores, han encontrado en algunas tumbas de los funcionarios de
Akenaton se encontraron fragmentos del Himno
a Aton y un perecido con el salmo bíblico 103, el cual dice:
Eres tu
quien hace que se desarrollen los gérmenes en las mujeres.
Tú quien
crea la simiente a los hombres.
Tú quien da
vida al hijo en las entrañas de su madre.
Tú quien le
calma con lo que hace cesar su llanto.
Tú, la
nodriza de aquel que está todavía en las entrañas.
Tú quien da
incesantemente el aliento para vivificar a cada una de las criaturas.
Cuando sale
la criatura de las entrañas para respirar, el día de su nacimiento, le abres la
boca de par en par, y le provees de todo lo que necesita.
Pero
el esfuerzo de Akenaton no fue suficiente y fue derrotado y expulsado a la
península de Sinaí junto con algunos de sus súbditos.
Continuamente
al verificar todo lo que Akenaton quería para su nueva religión surge la
pregunta ¿Qué es lo que provoco al faraón romper con las tradiciones politeístas y cambiarlo a creer en un solo dios?
Según
la cronología de Christian Jacq y de Josep dice: que el Akenatón tuvo un
encuentro con un “disco solar”, posado sobre una roca, y describe que este
latía como el corazón del faraón y su brillo era como oro y purpura,
descripción encontrada en un papiro. Por lo que el faraón se postro de rodillas
ante el disco y fue gracias a este suceso que empezó una nueva era.
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