viernes, 5 de junio de 2015

LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO COMPRADO CON EL PRIMER GRITO DE LA INDEPENDENCIA


DIFERENCIAS Y SIMILITUDES DEL CUADRO DE LA LIBERTAD GUIADO AL PUEBLO Y EL PRIMER GRITO DE LA INDEPENDENCIA


Para poder encontrar las diferencias y las similitudes de ambos cuadros es importante conocer un poco de la historia de cada uno de ellos ya que  el tema del cuadro “la libertad guiando al pueblo”, es la insurrección burguesa que tuvo lugar en el año de 1830 (denominadas «las Tres jornadas gloriosas»). Es una de las revoluciones burguesas, y más concretamente la que puso fin al terror blanco tras los dieciséis años de restaurada la monarquía borbónica, encarnada en el ultraconservador Carlos X, que fue expulsado del trono y sustituido por Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey burgués, con lo que se consumó el acceso al poder de la burguesía liberal, aunque no se instauró la república. Delacroix estuvo del lado de los revolucionarios, es más, él mismo se ha representado en el cuadro como el hombre que lleva el sombrero de copa negro y que se encuentra entre los combatientes y en primera fila.

En el cuadro ve una estructura en posición de pirámide con los muertos por la Libertad en la base y ésta en la cima sosteniendo en la mano derecha la bandera tricolor y en la extremidad opuesta un fusil. El ligero pincel de Delacroix y la fuerza luminosa de sus colores exaltan la vitalidad de sus cuadros. Para aumentar la tensión y el movimiento añadió contrastes complementarios junto a la oposición de los claroscuros, mientras tanto en  la utilización de los colores busca transmitir un sentimiento emocional y el ánimo de las personas, mostrando al fondo un París tormentoso.

Mientras tanto al otro lado del mundo sucedía otro movimiento similar al de Francia. Lo que se conoce como "Primer Grito de Independencia", no fue un hecho aislado, sino más bien, el acontecimiento más publicitado, por el hecho de haberse realizado en la capital, de una serie de levantamientos realizados el 4, 5 y 6 de noviembre de 1811 en San Salvador, San Pedro Grande y Santiago Nonualco, el día 17 en Usulután, Chalatenango y Tejutla, el 20 en Santa Ana, el 24 y el 30 en Metapán y Cojutepeque y el 20 de diciembre en Sensuntepeque. Numerosos próceres desconocidos fueron capturados y encarcelados por el régimen español sin que podamos siquiera conocer sus nombres para la posteridad.


Con ocasión del levantamiento en San Salvador el 5 de noviembre, cuando el P. José Matías Delgado hizo sonar las campanas de la iglesia de La Merced para levantar al pueblo, el Gral. Manuel José Arce, fundador del Ejército salvadoreño, pronunció su famosa frase: "No hay ni rey ni Capitán General, solo debemos obediencia a nuestros alcaldes".


El papel de los próceres que aparecen como los dirigentes del movimiento insurreccional, fue más bien de tratar de canalizar y apaciguar los ánimos de las turbas capitalinas ante la posibilidad de obtener ciertas concesiones de la Corte de Cádiz que había convocado a las colonias españolas ante el asedio de que estaba siendo objeto España por parte de los ejércitos napoleónicos.





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