Doménico Theotocópuli, conocido
como Greco, nace en Candía (Greta) en el año 1541. El estilo Greco, además de
excepcional es el resultado de la
asimilación del manierismo. Utilizando en sus pinturas los colores planos como
el amarillo, verde o morado, por ejemplo en el Expolio desaparece el escenario
y es la explosión de la túnica de Jesús, contrastando con el acero de las
armaduras del resto de los personajes que permite darle vida al cuadro.
También encontramos otro cuadro
donde refleja la complejidad de sus obras como el entierro del conde de Orgaz,
pues en la parte inferior representa el momento milagroso en que el Conde Orgaz
iba a ser enterrado y aparecen San Esteban y San Agustín que lo cogen para
enterrarlo.
El Greco representa a los que
presencian tal milagro sin asombrarse. Todos son retratos de personajes
importantes del momento, entre ellos está su propio hijo que mira al espectador
y señala el milagro.
La composición es simétrica con
agobio espacia, donde no hay paisajes. La expresión de los rostros es acorde
con los gestos. La influencia veneciana se aprecia en el color y las calidades
de los objetos.
El Greco muestra una técnica
pictórica extraordinaria, como se aprecia en la dureza de la armadura, la juventud
de San Esteban y la vejez de San Agustín. De hecho sorprende el magnífico
contraste del rostro viejo y demacrado, pero con vida, de San Agustín, y del muerto,
con su lividez y quietud. En la parte superior el Greco muestra La Gloria.
Sin embargo también encontramos a
Fernando Gotero pintor Hispanoamericano; nació en Medellín en 1932, Fernando
Botero fue el segundo de los tres hijos de la pareja formada por David Botero
Mejía y Flora Angulo de Botero.
El rasgo más peculiar de su
personalidad creadora, que hace fácilmente reconocibles sus cuadros, es su
particular concepción y expresión de los volúmenes: hace que las figuras
protagonistas de sus lienzos sufran un agrandamiento que resulta desmesurado
para el reducido espacio pictórico en que se las hace habitar. La imagen
deformada que lleva su pintura al terreno de lo grotesco es el componente de
humor crítico que expresan sus lienzos. Conjugando gigantismo y humor, sus
monstruos sobrealimentados, de vientres hinchados y actitudes rígidas, son una
crítica sarcástica a la sociedad actual. Por otra parte, esta pintura de lo feo
se combina con un gran virtuosismo técnico, percibiéndose en el trasfondo de
sus obras la pintura de Velázquez y de Goya.
Para comprender la diferencia entre
ambos artistas, es que Greco estiliza la figura para que se vea que el
espectador es más pequeño, como la dimensión de dios, ya que sus temas son de
ámbito religioso.
En cambio Gotero la estiliza la figura, de una manera diferente, pues la belleza para él son las figuras gordas ya que está basado en sus raíces colombianos, pero también ve las figuras de los olmecas y otras culturas suramericanas partiendo de su canon de belleza que son mujeres de cuerpo voluminosos.
A diferencia del greco que es
plenamente religioso donde su arte es basado en figuras religiosas, el Botero pinta
temáticas cotidianos y dibuja a personas normales del pueblo, sobre toda
gordas.